Refugiados sirios en Roma

“Huimos de la muerte y el Papa ha sido un ángel que nos ha salvado”

Entrevista a la familia Alshakarji, una de las tres que ha llegado a Italia desde Lesbos en el avión del Papa 27 abril 2016.

Salvatore Cernuzio Mundo, tiene los ojos apagados Suhila Alshakarji, una de los 12 refugiados sirios que el papa Francisco ha traído consigo desde la isla de Lesbos. Ojos apagados y cansados. Se encienden solo cuando su hija Qudus, de 7 años –cuyo nombre significa Jerusalén– juega distraída en el jardín y finalmente sonríe. No ha pasado tanto tiempo desde que la pequeña, en un una lancha parada más de una hora en el mar abierto, con otras 36 personas inmóviles para evitar cualquier movimiento, preguntaba a la madre aterrorizaba: “¿Qué sucede?”.

En ese momento –cuenta Suhila a ZENIT– ha hecho de todo para dormirla. Así si moríamos, ella no se daría cuenta de nada. Entrevistamos a familia, que junto a las otras dos traídas por el Papa, ahora viven en el corazón del barrio romano de Trastevere, donde está situada la Escuela de idioma y cultura italiana de la Comunidad San Egidio. Allí los voluntarios enseñan gratuitamente el italiano a unos 1900 personas, entre refugiados y extranjeros. El drama que cuenta la mujer, una ex costurera de menos de 50 años, es solo uno de muchos que la familia Alshakarji procedente de Deir Ezzor ha tenido que sufrir desde hace un año. Es decir, desde que las fuerzas del Estado Islámico (ISIS), han invadido ese territorio hasta ahora caracterizado por la paz y el diálogo. “Desde hace 1400 años en Deir Ezzor vivíamos serenamente” cuenta Rami, el padre de familia, un estimado profesor antes de convertirse en refugiado. En esta zona conocida como ‘el Auschwitz de los armenios’, que el ISIS ha devastado matando también a 300 civiles “desde hace milenios somos todos iguales: musulmanes, católicos, judíos… No tenemos diferencias, nadie pregunta nunca de qué religión eres”. Desde allí han tenido que huir rápidamente la familia Alshakarji con sus tres hijos: además de Qudus, también Rashid, 18 años, y Abdalmajid, 15 años, que en esta nueva fase de su vida se hace llamar Totti como el conocido futbolista.

“Estoy contento de haber venido a Italia así tengo dos cosas: el fútbol y la escuela. Finalmente puedo volver a estudiar”, dice. El padre explica que los niños están “muy estresados”. “Han concedido entrevistas cada día”, explica Roberto Zuccolini, uno de los responsables de la Comunidad y precisa que “han pedido ser protegidos de una excesiva exposición mediática”.vueltas por el campo desde las 9 hasta la media noche, ayudaba a los voluntarios para ayudar a los otros refugiados”.

Y finalmente llegó Francisco: “Un ángel que ha venido para salvarnos”. Rami asegura que recibieron la noticia de haber sido elegidos para viajar en el avión del Santo Padre hacia Italia como una gran sorpresa, no conseguían creerlo: “una persona que veíamos en televisión y que ni siquiera es musulmán había venido a recogernos, a salvarnos… No lo hubiéramos esperando nunca”. “Hemos sentido una nueva vida dentro de nosotros, había una esperanza”, afirma la mujer. Por su parte Qudus cuenta que cuando vio al Papa le dijo “él es mi papá, ¿tú también eres mi padre?”. Lo besó y abrazó y le dijo que su nombre significa Jerusalén, él Papa estaba contento y jugaron juntos.

Finalmente, aseguran que los voluntarios de la comunidad San Egidio les han hospedado y recibido como una familia. Ahora comienza el periodo de integración. Suhila precisa que “todos los países, no solo europeos sino también los musulmanes, deberían seguir el gesto del Papa y ayudar a las familias sirias. Es importante porque la gente está muriendo cada día”.

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